Las Oficinas salitreras eran estrechas y construidas con material extraído de la pampa: caliche, calamina o madera. Los salarios se pagaban con fichas, que sólo podían ser cobradas en las pulperías creadas dentro de las mismas oficinas salitreras, por lo que éstas controlaban los productos y precios que se vendían.
Miles de familias viajaron a la pampa del desierto de Atacama desde el centro y sur de Chile, Perú, Bolivia, Europa y Estados Unidos, para trabajar y vivir en las oficinas salitreras. El carácter inhóspito, seco y desolado del territorio contribuyó a crear una cultura del salitre, caracterizada por su compañerismo y autonomía.
Incluso, nació una jerga relacionada a la faena del caliche. De allí provienen términos como la choca, utilizado por los obreros salitreros para referirse a la hora de tomar té, en alusión al "jarro choquero", fabricado completamente en lata. Éste y otros objetos del salitre se exhiben el Museo de Antofagasta.
La vida de los trabajadores pampinos era difícil. Hasta la década de 1920, el obrero estuvo desamparado jurídicamente frente al arbitrio de las empresas salitreras.
El trabajo era arduo, las faenas comenzaban desde la salida del sol, y duraban más de 12 horas.
La comisión parlamentaria encargada de estudiar las necesidades de las provincias de Tarapacá y Antofagasta definió y describió de esta manera a los campamentos pampinos:
"Llamase campamentos los grupos de habitaciones obreras construidas en un solo frente de más menos 100 metros de extensión, con un fondo de 12 a 15 metros de amplitud. Cuando se destinan a obreros casados o que mantienen una familia, cada una de estas habitaciones consta de dos piezas pequeñas y un estrecho patio trasero, en una superficie cerrada de 4 a 5 metros de frente por 12 o 10 de fondo. Cuando se destinan a obreros solteros, la habitación consta de una sola pieza de 10 a 15 metros de superficie, sin más comunicación exterior que la pequeña puerta de entrada, sin ventana, sin patio, y frecuentemente habitada por dos o más obreros en común" (Congreso Nacional, 1913: p.223).
Las habitaciones de los trabajadores eran indecorosas, especialmente las oficinas más antiguas, ya que no contaban con servicios higiénicos. Eran estrechas y construidas con material extraído de la pampa: caliche, calamina o madera.
Los salarios se pagaban con fichas, que sólo podían ser cobradas en las pulperías creadas dentro de las mismas oficinas salitreras, por lo que éstas controlaban los productos y precios que se vendían.
El emplazamiento de las oficinas salitreras provocó que fueran unas verdaderas "mini ciudades" o enclaves industriales.
"Así en un mundo construido de la nada, el campamento contó con gran parte de los servicios mínimos para la subsistencia: habitaciones, servicios higiénicos, pulpería, escuela y otros elementos básicos para el desempeño de la vida cotidiana" (Henríquez: 1998, p.47)
Las oficinas que tenían el Sistema Shanks, sólo contaron con algunos servicios para los trabajadores. En cambio, con el moderno Sistema Guggenheim, las salitreras transformaron el paisaje, creando una serie de edificios públicos, que estimulaban la vida pampina: escuelas, mercado, gimnasio, teatro, policlínico, entre otros.
El estado de abandono de los obreros salitreros recién comenzó a cambiar a inicios del siglo XX, producto de las grandes huelgas de trabajadores en toda la pampa. Su actuar motivo la dictación de las primeras leyes sociales y del Código del Trabajo en 1931.
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Fuente: "Crisis y Tragedia" de Floreal Recabarren R. |
Pampa salitrera 1830 - 1930
1810
Se construyen las primeras ocho oficinas salitreras del tipo "paradas" en Pampa Negra, Zapiga y Negreiros
1830
Se inicia la exportación de salitre a Europa y Estados Unidos
1831
Se habilitan las caletas de Pisagua y Mejillos como puertos de embarcación salitrero
1853
Pedro Gamboni introduce un nuevo procedimiento en la elaboración del salitre a través del uso del vapor de agua, reemplazando la calefacción a fuego directo y con ello al carbón como principal fuente de energía de las oficinas
1855
Iquique es declarado como puerto mayor para favorecer el comercio salitrero
1860
El chileno José Santos Ossa descubre salitre en Aguas Blancas y comienza a explotar salitre al interior de Antofagasta
1868
Fundación de Antofagasta
1871
Inauguración del primer Ferrocarril Salitrero, de Iquique a La Noria
1872
Son construidas las oficinas salitreras Humberstone y Santa Laura
1876
En Tarapacá, Santiago Humberstone estudia y aplica el sistema Shanks en la elaboración del salitre, comenzando una nueva era en el ciclo del salitre y cambiando para siempre la fisionomía de la pampa calichera
1879
Guerra del Pacífico
1881
2 de enero. Se promulga la ley que establece la libertad industrial en la explotación del salitre y aplica un impuesto de $1,60 por cada quintal métrico de salitre exportado.
1888
Fundación de The Tarapacá Water Works Company, de propiedad de John Thomas North
1890
En julio se inicia la primera huelga general de obreros en las oficinas salitreras de Tarapacá
1907
21 de diciembre. Masacre de la Escuela Santa María de Iquique
1914
Primera gran crisis económica que hizo paralizar al 90% de las oficinas salitreras
1921
Segunda gran crisis en la industria salitrera
1932
Fin de la época heroica. La crisis económica internacional afecta dramáticamente a la industria salitrera, la cual deja de producir abruptamente
1960
Cierre definitivo a las faenas en la oficina salitrera Humberstone
2004
Las oficinas Humberstone y Santa Laura son nombradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO
Desde 1830 hasta 1930 se desarrolló en Chile uno de los procesos económicos, sociales y políticos más trascendentes de la historia nacional: "el ciclo salitrero". Durante dicho período, en el que la economía del país se estructuró en base al llamado "oro blanco", miles de hombres y mujeres debieron no solo adaptarse a las complejas condiciones laborales propias de la minería del salitre, sino también a la vida cotidiana en el desierto más seco del mundo. Se formó así entre Pisagua y Taltal una particular sociedad pluriétnica, sustentada por una lógica del trabajo y la solidaridad y determinada en sus hábitos por el espacio vital del campamento minero.
Entre 1895 y 1899, se registró la existencia de 48 oficinas salitreras, en las cuales trabajaban más de 18.685 operarios; entre 1910 y 1914 esta cifra se triplicó, ascendiendo a 118 oficinas y 46.470 trabajadores. La cantidad de personas que vivía en una oficina salitrera variaba de acuerdo a varios factores, como los procesos productivos que allí se ejecutaban, la compañía a la que pertenecía y el cantón salitrero al que correspondía. Cada cantón (unidad territorial que aglutinaba un grupo de campamentos) tenía un poblado central, donde los trabajadores y sus familias podían acceder a servicios que el campamento no ofrecía: espacios de diversión, servicios religiosos, sanitarios, educación, cementerios, medios de comunicación, comercio libre, etc.
Tanto el tamaño como la estructura de cada campamento dependían del sistema de procesamiento y extracción del salitre o lixiviación. Hacia 1830, se desarrollaba el sistema de paradas. Para entonces, los campamentos, ubicados siempre cerca del núcleo productivo, eran muy rudimentarios y pequeños. Las casas y habitaciones pampinas eran construidas de costra (como se conocía a la segunda capa del manto del caliche) cañas, cuero y adobe, y estaban equipadas con unos pocos muebles y cocinas a carbón. En 1876, la introducción del sistema Shanks en la salitrera San Antonio por parte del ingeniero James Thomas Humberstone, originó no solo un aumento de la productividad, sino que también un cambio en la distribución espacial de las oficinas. Estas, además de crecer ostensiblemente, comenzaron a adoptar una configuración de tipo urbano, organizada en torno a una plaza central con un quiosco de retreta. Contaban con corridas de casas dispuestas regularmente en calles, una administración ubicada en una zona alta desde donde era fácil escrutar toda la oficina, una pulpería y cantinas o fondas para los solteros. La planta de elaboración, si bien estaba próxima al campamento, formaba parte de una sección distinta, unida a los ripios y al primer sector de calicheras. Ahí también se encontraba la maestranza del ferrocarril, imprescindible dada la importancia de la línea férrea para el sistema salitrero.
De la mano de los adelantos técnicos en la producción del mineral, se impusieron otras innovaciones que afectaron la vida cotidiana de los campamentos: se popularizaron el zinc (calamina) y el pino oregón como materiales de construcción para las viviendas y el petróleo como fuente de energía. Así se conformó lo que Óscar Bermúdez denominó "la civilización Shanks", caracterizada por la arquitectura de las edificaciones y la conformación dentro de los campamentos de agrupaciones comunitarias como cuerpos de teatro, socorros mutuos y filarmónicas.
En 1926, en la oficina María Elena, se introdujo el sistema Guggenheim, método que significó un cambio importante en el método de lixiviación del nitrato y extracción del caliche, y que trajo consigo la ampliación de los campamentos. La calamina fue reemplazada por la madera, las habitaciones de los obreros casados se diferenciaron de las de los solteros (buques) y de los chalets del "barrio americano". El modelo de campamento Guggenheim -a diferencia del Shanks- comprendía la construcción de una iglesia y un mercado, entre otros servicios que otorgaban mayor autonomía respecto de los pueblos del cantón.
El impacto de la crisis económica de 1930 puso fin al ciclo salitrero y, con ello, a una forma de vida única en el mundo, el de la pampa calichera.
Fuente Internet
http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-3548.html#documentos
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