Para mi es un tema importante,
porque una de mis profesiones es de : “traductora”.
la única forma de tener
conocimiento de cierta información en
otros idiomas, es por medio de la traducción, en mi período de estudio, tuve
experiencias interesantes y excelentes profesores, a nivel profesional,
desarrollé trabajos de traducción de una diversidad de temas, lo que me llevó a
investigarlos más profundamente, lo cultural enriquece la cultura personal y permite llegar a
diferentes tipos de personas.
La práctica de la traducción
se remonta al origen mismo del lenguaje humano. En un sentido más amplio, casi
todo en este mundo es una traducción de algo; como dice Derrida, el famoso
filósofo francés, incluso la auténtica obra de un escritor es una traducción de
sus propios pensamientos que vienen a su mente.
La traducción es algo inseparable de la vida de las personas. Teniendo esto en cuenta, profundicemos en cómo surgió esta fascinante práctica y cómo ha evolucionado con el tiempo. El objetivo de este artículo es resaltar, tanto la historia de la traducción como la del traductor, y cómo evolucionaron hasta en lo que se han convertido en la actualidad.
Desde la antigüedad
Hacia la modernidad
Etimología
La palabra "traducción"
deriva del término latino traductĭo, -ōnis, que significa llevar o traer. Este
término original en latín define el significado principal de traducción como
pasar un texto de un idioma a otro. Esta práctica de transferir el significado
de un texto de origen ha recorrido un largo camino desde la antigüedad hasta la
modernidad, al mismo tiempo que abre nuevos debates sobre múltiples temas, que
van desde el idioma, la cultura, las teorías de la traducción, la traducción
como disciplina, etc.
Desde la antigüedad
La traducción de la Biblia
titulada "Septuaginta" en el siglo III a. C. se considera la obra de
traducción más antigua conocida. Los judíos que habían olvidado su idioma
ancestral, el hebreo, buscaban un grupo de setenta traductores para traducir la
Biblia del hebreo al griego. El nombre "Septuaginta" representa a los
setenta eruditos que fueron asignados para traducir la Biblia en Alejandría,
Egipto. Contrariamente a esto, algunos relatos históricos reconocen una
traducción titulada "Piedra de Rosetta" como la primera traducción
del mundo en el siglo II a. C.
Primer período: traductores romanos (Cicerón y Horacio a Alexander Fraser).
Segundo período: de Alexander
Fraser a Valery.
Tercer período: de Valery a la
década de 1960.
Cuarto período: desde la
década de 1960 hasta la actualidad.
Las obras de traducción de
estos períodos influyeron en gran medida en el desarrollo de las lenguas
europeas. Las obras de traducción expusieron a las personas a diversas culturas
e identidades mientras cerraban la brecha cultural entre las naciones a través
de la literatura. La traducción de la Biblia al latín, la traducción del poema
sumerio "La Epopeya de Gilgamesh" a varios idiomas asiáticos, etc. se
consideran algunas de las traducciones antiguas que sentaron las bases para que
los eruditos occidentales y orientales inventaran nuevas teorías e ideologías.
La traducción de obras literarias budistas contribuyó en gran medida a fomentar
las culturas asiáticas y desarrollar los idiomas asiáticos hasta lo que son en
la actualidad. Casi todos los idiomas comenzaron a crear una gran cantidad de
palabras nuevas que finalmente ayudaron a nutrir la riqueza lingüística de cada
idioma.
La traducción en China se
llevó a cabo, principalmente, para traducir las escrituras budistas en
sánscrito al chino con la llegada del budismo a China desde la India. Fue en el
siglo V a. C. cuando China estableció una forma más organizada de traducir las
escrituras budistas al fundar una escuela de traducción. Este hito en la
traducción es uno de los primeros ejemplos de un enfoque profesional de la
traducción. Paralelamente a la creación de obras de traducción, los debates que
invitaron a la reflexión sobre la traducción palabra por palabra frente a la
traducción sentido por sentido dieron una dimensión completamente nueva a las
traducciones y al papel del traductor. San Jerónimo, el santo patrón de la
traducción designado por la Iglesia Católica Romana para traducir la Biblia al
latín, opinaba que los traductores deberían adoptar una traducción sentido por
sentido en lugar de una traducción palabra por palabra ("non verbum e
verbo, sed sensum exprimere de sensu”).
Se le reconoce como la primera persona en haber acuñado el término sentido por sentido en su "carta a Pammachius". De manera similar, Kumarajiva, un monje budista indio, también abogó por que los traductores adoptaran un enfoque de traducción libre al traducir sutras. Se dice que este monje hizo esta observación mientras examinaba la precisión y legibilidad de los sutras traducidos utilizando un enfoque de traducción literal. Es en este mismo punto cuando Kumarajiva introdujo la práctica en la que el traductor firma con su nombre el texto que ha traducido, dando validez a su trabajo.
Con el paso del tiempo, la
traducción como profesión ha recorrido un largo camino y todo su desarrollo ha
dado lugar a una plataforma para una disciplina emergente. La necesidad de una
disciplina separada llamada traducción fue fundamental ya que el debate entre
los enfoques lingüísticos y literarios para la traducción se produjo en todo el
mundo. El debate que se llevó a cabo en el cuarto Congreso de Eslavos en Moscú
fue histórico, ya que propuso la necesidad de tener una ciencia separada que
pudiera estudiar todas las formas de traducción. El desarrollo de la traducción
como disciplina amplió el alcance de las traducciones al introducir nuevas
teorías y prácticas en la traducción. Antes de la década de 1990, los
estudiosos de la traducción seguían muchas escuelas de pensamiento, como los
paradigmas prescriptivos, los estudios de traducción descriptivos, la teoría
del skopos, etc. sin embargo, el giro cultural que tuvo lugar en la década de
1990 abrió un enfoque multidisciplinario de los estudios de traducción al
conectarlos con otros campos como la historia, los estudios de género, el
feminismo, los estudios culturales, el posmodernismo, etc.
Teóricos de la traducción como
Sussan Bassnett, André Lefevere y, más tarde, Lawrence Venuti fueron pioneros
en establecer el giro cultural en los estudios de traducción. Las teorías de la
traducción que existían antes de este cambio no arrojaron luz sobre el
trasfondo sociocultural bajo el cual ocurrió el proceso de traducción.
Es durante este tiempo cuando esta disciplina emergente dio un paso adelante al introducir un buen número de campos en los estudios de traducción. Los ámbitos que forman parte de los estudios de traducción se pueden identificar como estudios de traducción poscoloniales, estudios de género, sociologías de la traducción, traducción audiovisual, estudios de interpretación, etc. En conjunto, estas teorías y nuevos enfoques han supuesto un cambio fundamental en los estudios de traducción con una visión holística hacia la apreciación de diferentes idiomas y culturas. Más allá del enfoque cultural y de los cambios de paradigma, la profesión de traductor ha pasado por diferentes fases a lo largo del tiempo. Las traducciones automáticas pueden identificarse como uno de los últimos avances tecnológicos en este campo, probablemente con buenas y malas influencias en el futuro del traductor. Este subcampo en traducción se encuentra en sus primeros pasos, ya que los académicos aún están en el proceso de investigar la posibilidad de lograr una traducción automática de alta calidad.
La traducción en Chile
Durante el siglo XIX se concretó en un amplio abanico de producciones; versiones más o menos literales de obras principalmente francesas e inglesas; literarias y científicas; adaptaciones de textos de instrucción para el contexto educativo, publicadas en libros o folletos; además de reescrituras e imitaciones, publicadas en revistas y periódicos.
En este panorama, la Universidad de Chile (1842-) jugó un
papel fundamental como entidad supervisora de las escuelas primarias, pues se
ocupó de encargar y visar las traducciones realizadas con fines educativos.
Entre estas, se promovieron obras como las versiones adaptadas para la lectura
y aprendizaje gradual de niños de primaria llevadas a cabo por Domingo Faustino
Sarmiento (1811-1888) y Fanor Velasco Salamó (1843-1907); o aquellas destinadas
a la formación de profesores, como Manual de preceptores (1845), en versión de
Rafael Minvielle (1800-1887), o Curso de pedagogía y metodología (1915),
traducido por Brígida Walker (1863-).
En cuanto a esa especial forma de traducción conocida como
"imitación", que consistía en la versión libre o reescritura del
estilo de un autor o de una obra en particular, esta característica se indicaba
usualmente en los títulos de los poemas o en el índice del medio en el que
aparecían. Entre los intelectuales que llevaron a cabo esta práctica, en
periódicos y diarios como El Crepúsculo (1843-1844), Revista de Santiago
(1848-1855) y El Progreso (1842-1853), se hallan Jacinto Chacón (1820-1898), Hermógenes
de Irisarri (1819-1886) y Andrés Bello López (1781-1865).
Sobre las imitaciones de Andrés Bello se han realizado
varios estudios que han puesto el foco en sus reescrituras de Victor Hugo
(1802-1885). Llevadas a cabo entre los años 1842 y 1843, estas han sido leídas,
por un lado, como creaciones que pueden ser consideradas parte integrante del
corpus literario del principal redactor del Código civil chileno y, por otro,
como obras que se enmarcaban en las controversias político-estéticas de
creación de un lenguaje propio que se fraguaron durante esa década en el Cono
Sur.
Derivadas de estas discusiones sobre una literatura y una
lengua americanas que se vivieron en Chile en la década de 1840, se propusieron
a mediados del siglo XIX, instancias en las que se impulsó la creación de una
ortografía nacional, acorde con el uso del español americano, que fueron
lideradas inicialmente por el mismo Andrés Bello y que luego continuó Domingo
Faustino Sarmiento.
Estas ideas fueron promovidas con mayor fuerza por el grupo
de los néografos chilenos, quienes postularon la necesidad de una reforma
radical de la ortografía, basada solo en el criterio de pronunciación de las
palabras. Esta nueva ortografía, por supuesto, se extendió también a las
traducciones y demás publicaciones que realizaron. Un ejemplo de ello es la
reproducción de la traducción de Juan Antonio Pérez Bonalde de The Raven de
Edgar Allan Poe (1809-1849), la que reescribieron completamente utilizando su
propuesta ortográfica bajo el título de El Kuerbo (Payàs, Gertrudis. "La
Biblioteca chilena de traductores o el sentido de una colección". Medina,
Toribio. Biblioteca chilena de traductores: ordenada por José Toribio Medina.
Santiago: Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, Ediciones de la
Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, 2007, p. 53-54).
En el ámbito de los estudios de las lenguas clásicas y la
traducción literaria, en el año 1902, el sacerdote chileno de origen alemán,
Guillermo Jünemann (1856-1938), publicó en la ciudad de Concepción una versión
directa desde el griego de La Ilíada de Homero, traducción que constituye el
más temprano antecedente de una versión castellana del clásico homérico en el
contexto latinoamericano.
Gran parte de esta producción realizada durante el siglo XIX
y comienzos del XX fue catastrada por José Toribio Medina (1852-1930), quien en
1924 publicó Biblioteca chilena de traductores. Este catálogo reunió
referencias de las traducciones llevadas a cabo en Chile en formato libro o
folleto entre los años 1820 y 1924. La mayoría de estas obras fueron
originalmente publicadas en francés, aunque también se registraron otras
traducidas del inglés, el italiano, el alemán, el portugués, el catalán, el
latín y el griego.
Entre los traductores que registró Toribio Medina se hallan
los nombres, principalmente, de intelectuales que ejercieron este rol como un
trabajo complementario al resto de sus obras, entre los cuales anotó a Andrés
Bello, Diego Barros Arana (1830-1907), Guillermo Matta (1829-1899), Zorobabel
Rodríguez (1839-1901), Nicolasa Montt Barros (1857-1924), Eduardo de la Barra
(1839-1900), José Antonio Torres (1828-1864), Fanor Velasco, Hermógenes de
Irisarri, Valentín Letelier (1852-1919), Ernestina Pérez Barahona (1865-1951),
Delfina María Hidalgo (1862-1940) y Brígida Walker.
Este registro, no obstante, no incluyó traducciones
publicadas en medios periódicos, por lo que no aparecieron todos los
traductores que con su trabajo aportaron a la difusión de ideas. Entre las más
notorias elisiones, se encuentra el caso de Martina Barros Borgoño (1850-1944),
considerada la primera intelectual chilena y una de las precursoras de los
feminismos en Chile, quien, entre 1872 y 1873, publicó por entregas en la
Revista de Santiago (1872-1873) su traducción de The Subjection of Women de
John Stuart Mill (1806-1873), bajo el título La esclavitud de la mujer. Este
texto fue recibido con elogio por parte de los intelectuales de la época, pero
también fue leído como una amenaza a la idea de familia y hogar del periodo.
Cronología
1812 3 de
septiembre. Aparece la primera traducción de Camilo Henríquez en La Aurora de
Chile del discurso Aeropagita de John Milton.
1820 Se publica la
traducción del Diccionario portátil, filosófico-político nacional de Brobonet
realizada por traductor un anónimo y Un año de la vida del Emperador Napoleón
hecha por D. J. I., traducciones que se registran como las primeras en la
Biblioteca Chilena de Traductores de José Toribio Medina.
1842 Entre 1842 y
1843 aparecen imitaciones de poemas Victor Hugo escritas por Andrés Bello en El
Museo de las Américas, El Progreso y El Crepúsculo.
1843 La
Universidad de Chile se hace cargo de la supervisión de las escuelas primarias.
1844 1 de enero de
1844. Jacinto Chacón publica en el número 9 de El Crepúsculo "La tumba
dice a la rosa".
1844 Domingo
Faustino Sarmiento publica La conciencia de un niño y Vida de Jesucristo,
traducciones del francés para el uso de las escuelas primarias, que se
continuaron utilizando en las escuelas durante el resto del siglo XIX.
1845 Rafael
Minvielle traduce Manual de preceptores, con el subtítulo "Traducido
libremente y adaptado para los de las escuelas de Chile".
1846 Rafael
Minvielle traduce El libro de las madres y de las preceptoras. Sobre la
educación práctica de las mujeres, que adapta al contexto chileno, según
"nuestras costumbres y creencias".
1872 Martina
Barros Borgoño comienza la publicación de la traducción del libro The
Subjection of Women de John Stuart Mill, bajo el título La esclavitud de la
mujer, en la Revista de Santiago.
1886 Delfina María
Hidalgo publica una serie de traducciones de corte cristiano y moral en
Valparaíso, entre 1886 y 1887.
1888 José Abelardo
Núñez asume como Inspector General de Educación y en este rol promueve la
publicación de libros para la lectura en las escuelas primarias, algunos de los
cuales traduce él mismo.
1890 Nicolasa
Montt traduce del francés Elena, de Mme. Gransart.
1895 Nicolasa
Montt publica la traducción de Tres meses de vacaciones de Nanine Sauvestre.
1899 Se publica la
traducción de El Demonio del dinero, por Enrique Conscience.
1901 Aparece el
primer libro de la colección de textos de lectura Curso moderno de lectura:
libro I: los seis cumpleaños, traducido por Fanor Velasco, del original en
inglés Little Susy's Six Birthdays (1853) de la estadounidense Elizabeth
Prentiss (1818-1878).
1902 Guillermo
Jünemann publica en Concepción la traducción directa desde el griego de La
Ilíada de Homero.
1903 Como
continuación del Curso de lectura moderna, Fanor Velasco publica la segunda y
tercera parte Curso moderno de lectura. El Libro II: Historias de aves i
animales y el Libro III: las cosas del aparador. Además, traduce Económica del
comercio, traducción del libro de Henry de Beltgens Gibbins y Nociones de filosofía
natural del inglés Thomas Henry Huxley (1825-1885).
1915 Brígida
Walker, directora de la Escuela Normal N°1, traduce Curso de Pedagogía y
metodolojía de Jean Aubert, bajo el título de Curso de pedagogía y metodología:
adoptado por el gobierno belga para el uso de sus escuelas normales.
1920 Ernestina
Pérez Barahona viaja por segunda vez a Europa. En Alemania, publica Lecciones
de ginecología, prologado por el doctor Leopoldo Lardau.
1924 José Toribio
Medina publica Biblioteca chilena de traductores (1820-1924).
https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-598669.html#documentos
https://www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/visor/BND:546257
https://altraducciones.com/blog/traducciones-informaticas-tipos-caracteristicas
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